Exposición comisariada por Txaro Fontalba en la Sala de Armas de la Ciudadela de Pamplona, del 30 de noviembre de 2012 al 24 de febrero de 2013. Selección de obras de la Colección de Arte Contemporáneo del Ayuntamiento de Pamplona.
–


—
PRESENTACIÓN
¿Cuándo comenzaron a resistírsenos las cosas? ¿Cuándo comenzó el proceso de desposesión?
En la era de la memoria digital el estatuto del objeto es cuestionado. Esto tiene consecuencias para el arte, para el objeto en el arte. También para la producción artística, el museo y la memoria cultural.
Enfrentar el problema de la corporeidad de la obra de arte en la época de su irreversible desmaterialización.
Sostener una teoría material de la obra de arte como máquina de presencia, objeto pensante que interpreta el mundo.
La exposición es una invitación a mirar, ver, percibir y sentir la intensidad perturbadora y la presencia opaca de las obras y de los objetos. Tomar partido por la existencia exterior, por la exterioridad e independencia de las cosas y por la cultura de los objetos materiales.
Descargar catálogo (PDF)
—
SELECCIÓN DE ARTISTAS
Patricia Gadea
José Antonio Hernández Díe
Ramón González Echeverrí
José Pedro Croft
Javier Muro
Elena Blasco
Maríjose Recalde
Chema Alvargonzález
Carmen Calvo
Angel Bofarull
Diego Figari
Alicia Martín
Daniel Chust
Daniel Canogar
Rafa G. Bianchi
Concha García
Eulalia Valldosera
Jorge Martínez Uharte
Bernard Plossu
Mario de Auguavives
Juan Luis Moraza
Antoni Muntadas
Susy Gómez
Curro González
Joan Fontcuberta
Jane Simpson
Rosa Brun
Chema Madoz
Paco Polán
Liliana Porter
Tamara Arroyo
Pascal Bernier
Patricio Cabrera
Dionisio González
Vik Muniz
Karin Dolk
Nekazet Ekici
Juan José Martín Andrés
Expongo algunas breves consideraciones en torno al trabajo que he realizado.
El comisariado es una actividad que implica una actitud personal -una mirada subjetiva y selectiva- al decidir sobre ciertos autores y determinadas obras y a la vez persigue un compromiso social por su deseo de compartirlas. Propicia la opinión pública al querer ofrecer y formular un sentido y una visión renovada sobre el conjunto de obras seleccionadas.
He querido traer al presente la cuestión del objeto. En la era de la memoria digital y de la desmaterialización, el estatuto del objeto es cuestionado y esto tiene consecuencias para el arte, para el objeto en el arte y también para la producción artística, el museo y la memoria cultural.
¿Cuándo comenzaron a resistírsenos las cosas? ¿Cuándo comenzó el proceso de desposesión? ¿Cómo enfrentarnos al problema de la corporeidad de la obra de arte en la época de su irreversible desmaterialización? El objeto espacial, depósito de memoria, se convierte en objeto temporal, sin memoria, circulando vertiginosamente en el mundo-consumo bajo las miradas fugaces de los consumidores, que miran solo lo que se está perdiendo de vista. El arte se mira hoy de otra manera y se consume mayoritariamente como imagen digital a través de los dispositivos electrónicos. La percepción sensorial y corporal de las obras es sustituida por una imagen captada y almacenada digitalmente.
¿Estamos asistiendo al fin de la cultura de los objetos y de los objetos de la cultura? Muchos de nuestros objetos que antes eran físicos y tangibles son ahora digitales. Los más comunes, música, libros, fotografías, películas, los almacenamos hoy en el ciberespacio. Más que poseedores de objetos, somos usuarios, arrendatarios de servicios digitales y temporales, no nos pervivirán a nuestra muerte, ni los donaremos a nuestros descendientes. La presencia es hoy digital, virtual y viene a instalarse en el mundo real para modificarlo.
El título «Tantas cosas me dijeron tanto» hace alusión al coleccionista que hay en todo artista, no hay artista que no guarde objetos. Guardar los objetos deseados tiene que ver con lo interior, es del orden de la intimidad. Pienso que hay una colección y un coleccionismo invisible e interior, íntimo en la obra que todo artista produce. El artista incluye una mirada poética en las cosas que le conectan con el mundo. Coleccionar es hacer un trabajo sobre el mundo material de los objetos.
El artista no busca completar una colección, o agotar la serie, sino operar en el objeto, ofrecer al objeto una razón de ser alternativa, crear vecindades y asociaciones dispares. El artista no trata de conservar los objetos sino de arriesgarlos, ponerlos en juego, violentarlos. Hacer que las cosas se revelen de otro modo, rescatar el objeto y ponerlo a salvo de la circulación y de la rápida absorción del consumo. Mi intención me doy cuenta no es clasificar a los artistas de esta exposición, sino mostrar las obras singulares y disímiles, una a una y escuchar su elocuencia. Mi intención no es introducirlas en ninguna teoría, traducirlas a lenguaje, sino mostrar la opacidad de la obra, su resistencia.
La exposición es una invitación a mirar, ver, percibir y sentir la intensidad perturbadora y la presencia opaca de las obras y de los objetos. «Para pensar, hace falta un objeto” recuerda Gérard Wajcman. La obra es máquina de presencia, objeto pensante que interpreta el mundo. La cuestión es cómo sostener una teoría material de la obra de arte que se resista a su absorción y disolución en la imagen digital y en el conjunto de relaciones e interacciones que genera la red virtual.
¿Qué es realmente mirar? Tomar partido por la existencia exterior, tomar partido por la exterioridad e independencia de las cosas y por la cultura de los objetos materiales. Y el deseo de colección da cuenta de ello.






































Zonionak Txaro.
Un pedacito de NewYork estará de corazón con vosotros en la Ciudadela.
tantos exitos como ilusiones para la exposición…
… y muxus para la comisaria…desde Sanse!!!